Armonía con la naturaleza para crear una atmósfera calmada de marcado espíritu zen gracias a la decoración oriental.
Simplicidad y equilibrio
Se construye sobre los principios del equilibrio, la armonía y la conexión con la naturaleza. Cada elemento tiene un propósito, y el espacio respira calma, orden y fluidez. Materiales nobles, líneas puras y una paleta serena —donde predominan los tonos tierra pero se combinan con verdes, rojos o detalles en negro o madera oscura— crean ambientes auténticos.
Apostar por este estilo es elegir una estética única y minimalista con una profunda carga simbólica, ideal para proyectos contract que buscan hacernos viajar y acercarnos a esta cultura.
Se inspira en los elementos naturales y en la filosofía del equilibrio. Los muebles suelen presentarse en tonos madera, con acabados que evocan la autenticidad de lo artesanal. Colores neutros como el beige, el arena o el gris piedra aportan serenidad, se unen a colores vibrantes como el negro y el rojo, representando el Ying y el Yang, y el amarillo solar o el azul profundo, que aportan un toque de vida y optimismo.
Los muebles y elementos decorativos en la decoración oriental presentan líneas limpias y definidas.
Esta simplicidad no es accidental; cada forma y cada ángulo están cuidadosamente diseñados para fomentar un flujo de energía positivo y equilibrado en el espacio, siguiendo principios del Feng Shui.
La iluminación es fundamental en la decoración oriental. El sol, un elemento central en esta cultura, guía el diseño de la luz en los espacios.
Se busca un equilibrio entre la luz natural y la artificial, utilizando lámparas con materiales naturales para crear una atmósfera que refleje el ciclo natural del día. Las sombras se emplean estratégicamente para añadir profundidad y textura al entorno.
El minimalismo espiritual es clave en el estilo oriental. Los elementos decorativos, como jardines zen o figuras de culto, están cuidadosamente seleccionados para ofrecer calma y equilibrio interior. Estos objetos se colocan en espacios estratégicos, aportando no solo estética sino también un significado profundo y meditativo al ambiente.
Matices de riqueza cultural
Estilo japonés: Minimalista y enfocado en la funcionalidad, con un fuerte uso de madera y papel en sus estructuras.
Estilo japandi: Una fusión entre el minimalismo japonés y el diseño escandinavo, que combina líneas limpias, funcionalidad y una paleta de colores neutros. Este estilo se enfoca en crear espacios serenos, con un enfoque en la sostenibilidad y la conexión con la naturaleza, a través del uso de materiales naturales y la eliminación del desorden visual.
Estilo chino: Más ornamentado, con uso de colores fuertes como el rojo y dorado, e incorporando elementos tradicionales como dragones y flores de loto.
Estilo balinés: Relajado y tropical, con una integración de materiales naturales como bambú y ratán.
Esencia y tradición
En la decoración oriental, los símbolos y motivos juegan un papel esencial. El dragón, la flor de loto y el bambú son algunos de los elementos más representativos, simbolizando poder, pureza y flexibilidad, respectivamente.
Además, el mobiliario asiático se distingue por el uso de materiales naturales como la madera y la cerámica, que añaden autenticidad y un sentido de conexión con la naturaleza.